Poco a poco van saliendo de sus capullos los gusanitos de seda.
¡Se han convertido en mariposas! Y ya tenemos cinco.
Pero a mis niños y mis niñas les ha sorprendido que no vuelan. Claro, es la idea que se tiene siempre de este tipo de animal: si tiene alas tiene que volar.
Nuestras mariposas andan, mueven las alas con rapidez pero no vuelan. Eso lo hacen para llamar la atención de otras: ¡están buscando novio!
Y cuando lo encuentran se unen a él, se llevan un rato largo unidas y después ponen huevos.
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