La inteligencia emocional nos permite entender y manejar nuestras emociones. Para eso el primer paso es saber cuáles son y saber identificarlas en nosotros mismos y en los demás.
A continuación, deberíamos saber cómo transmitirlas a los demás y controlarlas.
Laura nos ha recordado las principales emociones.
Mis niñ@s han contado situaciones que les provocan alegría, tristeza, enfado, miedo, susto y calma y las caras que ponemos.
Y para que no se nos olviden...
La historia del Ratón Pérez ha servido a Laura para vivenciar y dramatizar las diferentes emociones que un niño o una niña puede sentir.
La alegría de la niña Daniela cuando se le mueve un diente en el cole...
La alegría de su seño Ángela cuando se lo cuenta...
La tristeza que siente cuando le cuenta a su mamá Sara que se puede perder...
O la alegría cuando su madre y su padre Alonso la consuelan...
El miedo cuando visita a la dentista Marta...
El enfado y la rabieta...
Su hermanito pequeño Guille empezó a llorar (aunque no lo parezca)...
Y toda la familia, muy feliz, esperó a la noche...
...a que viniera el Ratón Pérez.
¡Preciosa manera de trabajar las emociones!
Con la música también sentimos emociones por los momentos o recuerdos que nos evocan. Laura nos ha puesto músicas diferentes.
Hemos terminado el Taller volviendo a la calma.
Muchas, muchas, muchas, muchísimas gracias Laura.
De esta forma identificábamos hasta ahora nuestras emociones...
¡Ya no dejaremos de hacerlo!
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