El lunes tuvimos en la clase y en el patio una gran sorpresa.
Os tengo que decir que es la experiencia más bonita que hemos vivido juntos mis niñ@s y yo y espero que les haya llegado muy honda.
En el patio pequeño del cole, al salir al recreo, nos encontramos lo que, al principio, parecía un pájaro muerto. Pero al acercarnos pudimos comprobar que se trataba de una cría de golondrina que se había caído de un nido.
La llevamos a clase con idea de comprobar si estaba herida, si volaba...
Como vimos que estaba perfectamente ahora teníamos que decidir qué hacíamos con ella, considerando que es un animal salvaje y libre.
Aunque tod@s queríamos quedárnosla en la clase lo más razonable era dejarla libre que buscara a su familia y que la pudiera alimentar. Pero no fue posible. Era una cría tan pequeña que no tenía fuerzas para volar.
Así que decidí llevarla a mi casa, alimentarla aquella tarde, a ver si mañana ya podía.
Pero estando en casa me acordé del Centro de Recuperación de Aves de la Marisma del Odiel que está situado cerca del Centro de Recepción Anastasio Senra en la Calatilla (carretera del espigón). Así que llamé a una mamá de un niño de 1º que trabaja allí y me quedé sorprendida con lo que me dijo.
Aparte de agradecer el gesto de cuidar a un animal protegido, me dijo que enviaría a mi casa a unos veterinarios del Centro para recoger a nuestra pequeña golondrina y llevarla al Centro para cuidarla hasta que pudiera volar y ser autónoma.
Y así fue. Al día siguiente, martes, vinieron a recoger a nuestro pajarito y se lo llevaron felizmente. Al final resultó ser una cría de avión en vez de golondrina pero también está protegida . Me dijeron antes de irse que intentarían avisarnos cuando la fueran a dejar en libertad.
Mis niños y mis niñas han podido disfrutar de cada paso y cada pensamiento que teníamos sobre la protección de los animales y su entorno y espero haberles transmitido con ello mi amor a la naturaleza.